Por Daniel Blumenthal
Jerusalén se niega a recobrar la calma. La ciudad es testiga este miércoles de un nuevo atentado por atropellamiento, que deja un saldo de un muerto y catorce heridos y otro muerto mas, el atacante palestino.
El conductor, un palestino del campamento de refugiados Shoafat en Jerusalén Este, atropelló a los pasajeros que esperaban al tranvía, siguió viaje atropellando a otros transeúntes y chocando contra vehículos, bajó de su auto aferrando una barra de hierro y siguió atacando a personas, hasta ser abatido por las balas de la gendarmería. La víctima mortal israelí, es un oficial de la gendarmería.
El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat dice que los terroristas no lograrán su objetivo. “El objetivo de los terroristas es interrumpir nuestra rutina de vida. Quieren que temamos y huyamos de aquí y por ello el mensaje es hacer exactamente lo contrario, regresar a nuestra rutina con celeridad, construir en Jerusalén y mostrar mano dura contra el terrorismo”.
El ministro de Seguridad Interna, Itzjak Aaronovich dijo que recomendará al Primer Ministro Netanyahu que séan demolidas las viviendas de los familiares de los terroristas.
El atacante, Ibrahim Akri, era hermano de un preso palestino liberado en el intercambio por el soldado cautivo Gilad Shalit y expulsado a Turquía.
La organización islamista Hamas felicitó a Akri por el ataque, describiéndolo como un héroe nacional palestino.
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